Vivir en unión de pareja no es sencillo. Si bien la primera etapa suele ser maravillosa, conforme vamos conociendo más de la otra persona, es frecuente que comiencen los problemas.
Mas esto no es el fin del mundo ni de la relación. Hay algunos aspectos importantes que unen a una pareja y primero te los mostramos por separado.
La pasión
María y Gabriel han sentido siempre mucha atracción el uno hacia el otro. Los dos por separado son seductores y juntos hacen una pareja de ensueño. Se ve que se gustan. Se miran mutuamente y se reconocen como compañeros sexuales. Echan chispas cuando se ven.
No sólo están unidos por la pulsión sexual, pero es lo más llamativo en su caso. En lo demás, son bastante distintos.
Es más, les cuesta en ocasiones remar al mismo ritmo y tienen diferencias que resuelven casi siempre en la cama. Aunque en otros campos sean opuestos, aunque no se entere el uno de lo que siente el otro, sus relaciones sexuales son magníficas. Ahí se entienden muy bien y se olvidan incluso de sus mutuos conflictos y así van relacionándose día tras día.
La intimidad
Juan y Pilar son amigos, se pasan las horas charlando y se ve que están compenetrados. Los dos necesitan compartir vivencias, sentimientos, tener aficiones juntos. Hablan el mismo lenguaje. Tienen valores parecidos. Se entienden fácilmente y enseguida buscan proyectos en común.
Los mismos amigos, aficiones parecidas, no se aburren juntos, todo lo contrario, pareciera que les sobra el mundo. También tienen relaciones sexuales, por supuesto, pero éste no es el pilar más fuerte en su relación. Lo que los identifica es lo cómplices que son. Empezaron a conocerse como amigos y su relación con el tiempo fue evolucionando a mayor intensidad
El compromiso
Las dos parejas anteriores, como muchas otras, se reconocen como tales, desean hacer un proyecto de futuro y en su caso, han formalizado su relación. Unos con una ceremonia religiosa y los otros, yéndose a vivir juntos y teniendo hijos en común.
Antonio y Lupita llevan 8 años juntos, cuando les preguntas por su vida en común, en seguida dicen ambos que están encantados el uno con el otro. Les encanta viajar y hacer deporte. Comparten el ocio, se entienden bien sexualmente. La convivencia es buena. Sin embargo, Lupita tiene la sensación de que algo falta a pesar de llevar tantos años juntos.
Ella quisiera ir más allá, hacer algún proyecto de futuro y quizás tener hijos, pero Antonio está bien como está. No se plantea nada más, sólo el presente. Cuando alguien le interroga por el tipo de relación que tienen, no reconoce ninguna más allá de la convivencia actual. Pero el tiempo va pasando y así llevan ya 8 años.
Lupita se siente insegura. Aun conociendo los sentimientos de Antonio, teme dar un paso en falso que lo aleje de su lado, pero ella si quisiera oficializar la relación. Quisiera saber si de verdad cuenta con pareja o si él se va a ir de su lado en el momento en el que ella le haga alguna demanda de proyecto común. Francamente, Lupita no sabe si puede contar con él.
Los tres pilares de una unión de pareja
Aquí en pocas frases tenemos definidos los tres pilares de una relación de pareja: la pasión, la intimidad y el compromiso. La pasión se refiere al deseo sexual que se establece entre los dos miembros; la intimidad es el establecimiento de lazos de amistad, aficiones, lenguajes de amor comunes entre ambos y el compromiso es la decisión firme de vincularse en un proyecto común.
¿Se dan todos en las mismas fases?
Como vimos en los ejemplos anteriores hay personas que basan su unión de pareja dándole más peso a uno de estos pilares.
En la fase de enamoramiento se da mayor tensión sexual que, con el tiempo suele derivar en crear un espacio común y en desarrollar un compromiso. Esa atracción sexual es necesaria por ser la que permite que la unión de pareja se elija mutuamente y deseen estar juntos.
Con el tiempo se comparten vivencias, creencias, valores, se va creando un entendimiento mutuo, un lenguaje propio, una intimidad propiamente dicha. Se produce un escenario común de complicidad entre los miembros de la pareja que teje las relaciones entre ellos.
Y así van estableciéndose relaciones de vinculación, de compromiso entre ambos, de reconocerse como compañeros y de ganas de evolucionar juntos. Se habla en plural, se buscan proyectos comunes, se proyecta la vida en común hacia el futuro, se fidelizan las relaciones a través de acuerdos económicos o emocionales. El compromiso se va construyendo a medida que se construye lo demás.
Estos tres elementos pueden verse en casi todas las parejas, aunque unos tengan más peso que otros en cada caso. Eso depende de la fase en la que se encuentre la relación y del tipo de relación que se establezca.
El asunto es que para la unión de pareja pueda durar satisfactoriamente en el tiempo tiene que cumplir por lo menos, dos de los tres requisitos mencionados y aun así corre sus riesgos. Si solamente cumple uno, tiene muchas posibilidades de romperse.
Si la vida sexual es magnífica y el resto no, la pareja durará lo que dure su vida sexual. Si la complicidad es lo fuerte, pero falta deseo sexual, y si falta compromiso, y alguno de los dos quiere algo más, el día que lo pida es probable que haya decepción.
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